PEDAGOGÍA DE LA MUERTE
Desde los inicios de la existencia humana, las personas nos hemos preguntado por el sentido de la vida y, a través de diferentes teorías, filosofías y religiones, hemos intentado dar respuesta a algo que aún se escapa del entender de muchos: que hay después de la muerte.
Independientemente de la explicación que cada cual quiera darle o aquello en lo que se quiera creer, la muerte existe, es universal y forma parte de la vida y, por lo tanto, de nuestro día a día. Sin embargo, en Occidente la muerte continúa siendo un tema tabú del que nos cuesta hablar, ante el cual nos resulta difícil expresarnos y que, para muchas personas, y en ocasiones desde la infancia, puede llegar a convertirse en un trauma o un temor constante.
Es por ello que se hace tan necesario, y más en los tiempos que nos está tocando vivir, hablar sobre la importancia de una Pedagogía de la muerte dentro del Sistema Educativo. En este sentido, podemos decir que la Pedagogía de la muerte supondría incluir este tema dentro del currículo de manera que pueda hablarse de la muerte de una forma natural, tal y como es, adaptada al desarrollo del alumnado en cada etapa y de manera preventiva y no solamente cuando ya ha sucedido la muerte en el entorno cercano.
Se trata de informar sobre una realidad, un hecho que forma parte de la vida. Se trata de resolver dudas y curiosidades, de hablar de las emociones, de poder preguntar y de intentar hallar respuestas que se ajusten a la realidad y que no generen pensamientos erróneos que puedan dar lugar a traumas o trastornos graves relacionados con el miedo a la muerte. Se trata de generar un clima de confianza en el que poder hablar de que aquellos que mueren no son siempre los malos, como muchos cuentos y películas pueden hacerles pensar, que pueden expresar (o no expresar) sus sentimientos, cómo pueden apoyar a alguien que ha sufrido una pérdida recientemente, que existe el duelo, que es normal sentirse mal o que no deben culparse por estar bien y que, al igual que todos nacemos, todos morimos y por ello la vida es un regalo que debemos disfrutar y saborear cada día.
De este modo, no esperamos a que se sufra una pérdida cercana para tratar el tema, sino que preparamos el tema previamente para que, cuando llegue, porque más tarde o más temprano siempre llega, sean capaces de afrontar la situación de la mejor manera posible.
“La manera como se ve la muerte influye considerablemente sobre la calidad de la vida. Algunos se sienten aterrorizados, otros prefieren no pensar en ello, pero también los hay que meditan sobre este tema para apreciar mejor el valor de cada instante y discernir lo que vale la pena vivir”. (Ricard, M., 2008).
REFERENCIAS:
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De la Herrán Gascón, A., & Cortina, M. (2007). Fundamentos para una Pedagogía de la Muerte. Revista Iberoamericana De Educación, 41(2), 1-12. https://doi.org/10.35362/rie4122475. Recuperado de: https://rieoei.org/historico/deloslectores/1769Herran.pdf
Feijoo, P. & Pardo, A. B. (2003). La Escuela y el Duelo. Sorkari. Bizkaia. Recuperado de: http://sorkari.com/pdf/Escuela_Duelo.pdf
Parra, L. (2016/2017). La Pedagogía de la Muerte en el ámbito escolar. Estado de la cuestión y propuesta didáctica para centros escolares. (Trabajo Fin de Grado, Grado en Educación Primaria). Facultad de Educación. Universidad de Navarra. Recuperado de: https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/43679/1/La%20Pedagogia%20de%20la%20Muerte%20en%20el%20%C3%A1mbito%20escolar.pdf
Ricard, M. (2008). El arte de la meditación. París, Francia. Ediciones Urano.
S.A. (2020). Innovación e inclusión de la muerte en Educación. Pedagogía de la muerte. Recuperado de: https://pedagogiadelamuerte.com/ [02/01/21].